La microesfera de vidrio ofrece múltiples posibilidades en la restauración de objetos de brocante, vehículos, etc. Esta actividad que se desarrolla tanto de manera artesanal como hobby o estructurada como un negocio, necesita realmente de pocos elementos para su desarrollo. El material imprescindible es un pequeño compresor, una pistola en Venturi y microesfera de vidrio.
Este material proyectado mediante la pistola a una cierta velocidad (regulada por la presión del compresor), permite eliminar de manera efectiva los restos superficiales indeseados; incrustaciones, óxidos o pintura entre otros. Su ligero efecto decapante permite utilizarlo incluso sobre materiales blandos y de poco espesor, como pueden ser por útiles de cobre (cubertería, cazuelas, etc.)
Las superficies chorreadas con microesfera de vidrio son fácilmente reconocibles, por presentar un aspecto mínimamente rugoso y un tono semi-brillante (en función lógicamente del material de base). En materiales más duros apreciamos un tono claro de material limpio.
Los elementos pertenecientes a partes motor de automóviles o motocicletas, son especialmente agradecidos a este tipo de tratamientos. Hay que considerar que muchos de ellos inicialmente en el momento de su fabricación fueron sandblasteados. El proceso de sandblasteado presenta muchas semejanzas con el chorreado, siendo su diferencia básica que mientras que en chorreado utilizamos aire comprimido como sistema de propulsión, en el sandblasteado la misma se realiza mediante turbinas.
Estas piezas inicialmente granalladas, al ser chorreadas con microesfera de vidrio retoman su aspecto original. Es conveniente, antes de realizar un tratamiento de este tipo, asesorarse sobre el tipo de microesfera a emplear y sobre sus condiciones de uso.
Dentro de las microesferas existen numerosas granulometrías que se identifican por dos números consecutivos y su objetivo es determinar el tamaño de las partículas inferiores y superiores, expresado en micras. Por ejemplo microesfera 105-210 indica que las partículas de esa partida están comprendidas entre 105 y 210 micras (milésimas de milímetro)
Dentro de las condiciones de uso conviene considerar que por efecto del chorreado se producirá polvo proveniente, tanto de la superficie a limpiar, como de la fragmentación de la propia microesfera. Para evitarlo, se deberán tomar las medidas mínimas de seguridad, como por ejemplo: utilizar gafas y una mascarilla, o bien se utilizará una cabina de chorreado que aísla la zona de trabajo de la persona que está manipulando la pistola.
La presión de disparo debe ser regulada de menos a más, ya que la norma es utilizar la mínima presión necesaria para realizar el proceso con eficacia, por ello se empezará a proyectar en torno a los 2 bar de presión y se irán realizando pruebas aumentando paulatinamente hasta alcanzar el efecto deseado.
Cabe resaltar que el empleo de la microesfera de vidrio en la restauración no está en absoluto limitado a los metales, tanto la piedra, como la madera son perfectamente chorreables en las condiciones adecuadas. Como siempre, deberemos reflexionar antes de la operación sobre el tipo de material adecuado para realizar el proceso. Entre una arenisca, una caliza o un granito existen diferencias notables de dureza. Si la superficie a tratar es madera, entonces las diferencias no son tan significativas pero deberemos tener mucho cuidado en caso de maderas atacadas por ejemplo por termitas ya que pueden encontrarse muy debilitadas y entonces no ser aconsejable su chorreado.
Si necesita asesoramiento sobre procesos, maquinaria o microesferas, consulte con nuestros especialistas y le ayudarán a encontrar la solución que necesita para obtener los resultados deseados.