El bisfenol A, usualmente abreviado como BPA, es un compuesto orgánico con dos grupos funcionales fenol.
El BPA se emplea desde la década de los sesenta en la fabricación de plásticos principalmente, que se utilizan en los envases de alimentos y bebidas, en los empastes dentales, en pinturas y en los cristales de las gafas, entre otros objetos de uso cotidiano.
En este sentido, es un monómero clave en la producción de resina epoxi y en la forma más común de policarbonato de plástico. No obstante, varias investigaciones han revelado que la excesiva exposición a este material puede tener efectos perjudiciales para la salud, aunque de momento parece que son de corto alcance y a altas dosis.
Un informe elaborado en 2010 por la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos) de Estados Unidos despertó una mayor conciencia sobre este compuesto en relación a la exposición de fetos, bebés y niños pequeños.
En este contexto, se han asociado numerosas alteraciones causadas por bisfenol A en los seres vivos, basadas en una desregulación del sistema endocrino (“disruptor endocrino”) y la producción de hormonas (mimetizando la estructura de los estrógenos naturales). Entre los efectos adversos cabe destacar:
- Cambios en el comportamiento: Hiperactividad y agresividad.
- Diabetes y obesidad.
- Pubertad temprana.
- Reducción de la cantidad de esperma.
- Cáncer de próstata.
- Cáncer de mama.
- Alteraciones cromosómicas.
- Daño cerebral.
- Deterioro de la función inmune.
- Disminución de los niveles de antioxidantes enzimáticos.
Sin embargo, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) decretó que el BPA “no representa riesgos para la salud de los consumidores en ningún grupo de edad” y en la Unión Europea se permite BPA para su uso en materiales que están en contacto con los alimentos, siempre por debajo de unos límites establecidos como seguros, que evitan su filtración.
Estas restricciones también se aplican a juguetes para niños de hasta tres años. El límite de migración que actualmente se establece en 0,1 mg/l de BPA, se verá reducido a 0,04mg/l en 2018.
El uso de BPA en papel térmico queda prohibido en la UE, siendo la fecha límite para fabricantes, importadores y usuarios de papel térmico el año 2020, fecha en la que debería haber sido eliminado completamente.
En este sentido, los esfuerzos de Coniex y su Dpto. de I+D+i se han centrado en desarrollar nuevas bases de resinas con bisfenol F, priorizando la salud humana y el medioambiental, así como mejorando todos nuestros productos fabricados con base epoxi, destacando nuestros esmaltes decorativos pioneros en el mercado.